Es un hecho que los peces sienten dolor como cualquier otro animal. Al ser arrastrados desde las profundidades del mar, la descompresión les genera un dolor insoportable. A esto le sigue una muerte lenta y dolorosa por asfixia. Aunque los peces no expresen el dolor del mismo modo que nosotros, se ha comprobado científicamente que todos los animales vertebrados (incluidos los peces) experimentan sensaciones de dolor ante cualquier estímulo dañino, a través de procesos neurofarmacológicos similares. En 1976, una investigación independiente constituida por la RSPCA (Asociación para la Prevención de la Crueldad con los Animales), encontró pruebas suficientes para comparar el dolor que sienten los peces con el dolor que manifiestan otros animales vertebrados.
En Colombia, la mayoría del pescado es producido en criaderos. La producción artificial de peces lo único que genera es más sufrimiento a estos animales, ya que el hacinamiento es grande (4 peces por metro cuadrado), esto hace que la competencia por los alimentos sea mayor y a su vez genera agresiones entre los peces, que se muerden la cola y las aletas, llegando al canibalismo. Los apicultores combaten este comportamiento con un sistema de gradación que consiste en privarles de alimento durante 12 horas, para después separarlos según su tamaño. La gradación es muy estresante para los peces que se desinteresen por la comida, pierden peso, e incluso llegan a morir. Dependiendo del tipo de pez, el hacinamiento puede llegar a los 15 peces por metro cuadrado.
Los peces criados en granjas pasan sus vidas en espacios insuficientes e insalubres, y muchos sufren de infecciones parasitarias, heridas graves y otras enfermedades. Las condiciones de estas granjas son tan horrendas que el 40 % de los peces puede morir antes de ser sacrificados para su comercialización. En suma, las granjas pesqueras comportan sufrimiento y devastación ecológica dondequiera que estén.
Muchas granjas acuáticas en tierra firme se encuentran cubiertas, de esta manera los productores controlan incluso la cantidad de luz que reciben los peces. Estos peces pasarán el resto de sus vidas amontonados, tropezándose unos contra otros e incluso contra las paredes de sus superpoblados tanques. La muerte de estos animales es muy dolorosa, ya que en la mayoría de los casos mueren por asfixia al ser sacados del agua. Otro método muy utilizado es cogerlos de la cola y golpearlos contra una piedra en la cabeza.
En el mar, los atunes son capturados con redes gigantescas las cuales atrapan un sinnúmero de otras especies como tortugas marinas y delfines, estos se consideran como desperdicio para la industria atunera.
Mucha gente piensa que los peces no son como los demás animales, pero no es así, simplemente son una forma de vida muy distinta, ya que su hábitat es totalmente diferente al nuestro, pero ellos al igual que cualquier otro animal se divierten estando en libertad. Basta con observar documentales de la vida marina y ver toda esa belleza, hay una gran cantidad de peces y especies que habitan los ríos y mares. ¿Para qué los destruimos? ¿Por qué no simplemente los apreciamos un su hábitat natural y buscamos otras fuentes de alimentos?
Referencias: RSPCA, Ministerio de Agricultura, "Cría de Trucha", "Tecnología de explotación de peces".
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